La mitad de tu vida: Citizen Kane

Hace rato que quería inaugurar esta nueva sección a la que he llamado «La mitad de tu vida». Acá hablaré de películas con un poquito más de detalle (prometo que sin spoilers) y me centraré en esas grandes obras que tienen décadas de existencia y que aún no te has dignado a ver. Hoy en particular, les contaré sobre Citizen Kane, película que fue estrenada hace exactamente 77 años, 1 mes y 15 días. Creo que si ha pasado todo ese tiempo y aún no la has visto, es porque necesitas que alguien te la recomiende con entusiasmo.

Citizen Kane es dirigida, escrita y protagonizada por Orson Welles, uno de los nombres más importantes de la historia del cine. Podría llenar párrafos y párrafos con el curriculum de este genio, pero me voy a concentrar en lo importante: era gordito. Sí, Orson Welles era el típico actor gordito que sólo conseguía papeles para… bueno… actores gorditos. En sus años mozos, su más grande éxito fue un comercial de vino donde los publicistas, conscientes del prejuicio del ciudadano común que relaciona gordura con experiencia gourmet, nos contagiaban las ganas de tomar vino a través de la figura de Orson Welles. En cierto momento de su vida, Orson vio Fed up en Netflix, decidió dejar de comer azúcar, ir al gimnasio y adelgazar. Al mismo tiempo, su compañía de teatro (Mercury Theatre) se mandó uno de los más grandes éxitos que se registre en el mundo del espéctaculo: ese famoso radio-teatro de La guerra de los mundos que hizo creer a un país entero que los atacaban los extraterrestres (spoiler: era mentira, puro teatro). Luego de eso: éxito, fama, dinero, selfies con los niñitos de Stranger Things, feud en twitter con Kanye y llamados de estudios de Hollywood para crear películas. Así nació su primer gran proyecto en el cine: Citizen Kane. El que antes era conocido como «el gordito», «el Che Copete» o «la granja de Orson», ahora estelarizaba una de las obras cinematográficas más recordadas en la historia de la humanidad. Digno de La Venganza de los Nerds.

 

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Orson Welles feliz por estar protagonizando la película que el mismo escribió mientras la dirige

Siempre he creído que Citizen Kane es en verdad dos películas. Es, primero, una película de misterio. Desde la primera escena se nos presenta el enigma a resolver que nos tendrá expectantes. Tanto los personajes como los espectadores buscamos una respuesta que, afortunadamente, la película nos entrega en el mejor momento. Pero Citizen Kane es también una película sobre periodismo y sociedad, sobre como alguien puede ser millonario no sólo con dinero, si no que con el poder de la información. El ser humano como ser social y la sociedad como el más humano de los humanos. De las mejores películas sobre periodismo que se han hecho, entre las que destaco también Spotlight, Spielberg/Streep/Hanks y Spiderman 2.

Lo primero que les va a impactar de la película es su guión. Altamente dinámico, atrapa desde el primer instante y con posibilidades de leerse a muchos niveles, permitiendo que la película crezca tanto como uno quiera. Orson Welles inventó en 1941 la estrategia que ahora llamamos «estilo Lost», en que a base de flashbacks y flashforwards nos presenta muchas líneas de tiempo, donde el pasado da pistas del futuro y el futuro nos da pistas del pasado. Y aquí conviene aclarar algo: si bien la película estuvo lejos de ser un éxito de taquilla, sí enamoró a la crítica desde su estreno. No por nada fue la ganadora del Oscar a mejor guión original. Lo segundo que les va a trastornar de la película es la manera en que está filmada. La profundidad de cada toma es simplemente abismante (y eso que está en blanco y negro). Ni pareciera que fuera filmada en los años 40, donde mucho efecto especial no tenían y además debían arreglárselas para mover unas tremendas cámaras, más grandes incluso que el propio Orson Welles. La fotografía, la construcción del set (recordemos eran gente originaria del mundo del teatro), la iluminación y el trabajo coreográfico de los actores (estilo Birdman, por dar un ejemplo) hacen que la película viva. Clase de cine. Manden a cerrar el estadio.

 

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Una toma de Citizen Kane con esa profundidad en blanco y negro
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Esa «profundidad» del cine de Welles en otro de sus hits: The Magnificent Ambersons. Si hubiera un outbreak zombie y yo pudiera salvar sólo una toma de la obra de Orson Welles, sería justamente ésta.
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Welles jugando con la profundidad a través de espejos en su otra maravilla: The Lady from Shanghai. Toma icónica. Iconic shot. New profile picture. Esta va pal insta seguro.

Yo sé lo que van a decir. «Pero Sebastián, Citizen Kane es seguro de esas películas antiguas fomes que no se entiende nada», «si no es un drama de familias checoslovacas yo no la veo» o «profe, esto entra en el examen?». Denle una oportunidad. Les prometo que vale la pena. Si alguien necesita una guía, les recomiendo prestar atención a las palabras de uno de los personajes que nos habla sobre los pequeños detalles de la vida y de como cosas sin importancia a veces son lo que guarda nuestra memoria. Si la ven con eso en mente, la apreciarán. Por cierto, un famosísimo meme tiene su origen en esta película. Veánla para descubrirlo.

Si bien no tengo la autoridad para otorgarle a Citizen Kane el título de «la mejor película de la historia», declaro públicamente que es, sin duda, de las favoritas que me ha tocado disfrutar. Si no la has visto, déjame decirte, te has perdido la mitad de tu vida.

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